Viajar en pantalla teletransportadora II/II

Por Vicky Caracoche

Cuando las vacaciones se vuelven un lejano recuerdo o una vaga promesa, cualquier recurso es óptimo para viajar aunque sea imaginariamente.

Entonces, ¿qué mejor idea que la cámara para poder visitar escenarios naturales distintos en contexto de historias fabulosas?
Seguimos con la segunda entrega de esta caprichosa selección de películas que no sólo nos llevan de paseo, sino que también nos regocijan el espíritu; esa bonita sensación que sucede cada vez que encaramos la ruta:

FAMILIA RODANTE:

El cumpleaños número ochenta y cuatro de la abuela Emilia reúne a la familia. En ese reencuentro, les comunica que todos deben acompañarla a la boda de una sobrina nieta, allá en sus pagos. Sin debates ni negativas, el familión se embarca en una casilla rodante rumbo a Misiones.
La travesía se complica a medida que avanzan los kilómetros. Incontingencias varias, roces de todo tipo, calor en aumento. Pasan las horas y la impaciencia y el tedio crecen. La ruta parece infinita y cargada de interrupciones.
La cámara es otro pasajero más que con su ojo intimista e invasivo revela los conflictos internos de cada uno de los integrantes del clan. La presencia femenina es muy fuerte en este matriarcado, donde Emilia lleva la batuta con la ternura y la firmeza que le dan sus años.
Afuera, la tierra cambia de marrón a colorado y el sol abrasa cada vez más. Las chacareras van dejando lugar a los chamamés hasta llegar al corazón de la tierra colorada. Las colinas frondosas que bordean la ruta nos invaden como si nosotros también estuviéramos mirando por la ventanilla, apretados en ese viejo motorhome.

Ficha técnica: Argentina (2004 – 103 min.) Guión y dirección: Pablo Trapero. Dirección de fotografía: Guillermo Nieto. Música: León Gieco, Hugo Díaz, Juanjo Soza. Reparto: Graciana Chironi, Liliana Capuro, Ruth Dobel, Bernardo Forteza y otros.

UNA HISTORIA SENCILLA (A straight story):

Debo decir que elegí esta película al azar de varias opciones y no sólo entró en mi ranking de favoritas, sino que llegué a la conclusión que nadie -nadie- puede dejar de verla.
Nada detendrá al viejo Alvin Straight (Richard Farnsworth), empeñado en visitar a su hermano recientemente enfermo. Escaso de dinero y sin una licencia de conducir, su única opción es una rudimentaria cortadora de césped con todo lo necesario para subsistir las semanas que le llevará la travesía.
Se marcha bajo la mirada de su fiel hija y de vecinos del pueblo que conocen su tozudez y la importancia que conlleva este acto a esta altura de su vida.
El amor por la familia, el dolor de la guerra y la belleza de lo simple conforman la síntesis de esta historia real, que posee toda la poesía de Lynch y la magia sensible de la música de Angelo Badalamenti.
La cámara nos lleva de viaje atravesando campos gigantes y pueblos rurales en panóramicas llenas de color y vida, pero el recorrido emotivo es lo que más nos enriquece.
A lo largo de su camino, Alvin vive situaciones que le permiten exponer su filosofía de vida como si fuera un buda mensajero que entiende la existencia con la carga y la sabiduría de los años vividos.
Es un profeta sin intenciones de serlo. Recorre el camino que lo llevará a ver a su hermano sabiéndose hombre finito. Ya no existe el pasado y no sabe hasta cuándo habrá mañana.
Sólo es hoy en este camino de redención mientras mira los maizales a su alrededor.

Ficha técnica: EE.UU. (1999 – 111 min.) Dirección: David Lynch. Dirección de fotografía: Freddie Francis. Música: Angelo Badalamenti. Reparto: Richard Farnsworth, Sissy Spacek, Harry Dean Stanton y otros.

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