La búsqueda de la no-respuesta

Por Mai Scalisi

Una tarde, bajo el sol de Irlanda, Oscar Wilde dijo “Definir es limitar” y si no fuese porque esto sucedió a fines del siglo XIX, esta cita podría desprenderse de la efímera e intensa búsqueda en la que nos sumerge la obra de Quieze (Ezequiel Quines). La muestra “Estudio sobre la primera persona del singular” que expone en Nicolasa hasta el 17 de abril, en esta sala de artistas del SNSyC.

El cuestionamiento de la identidad vista desde la construcción de la misma es lo que penetra en el oscuro misterio existencialista de la obra de Quieze. En esta muestra el artista corre el velo de un proceso presentado como la continua y fatídica finalidad de una obra, que sin poseer firmas, solo puede ser bajo el fluir.

El despliegue de los bocetos, escritos y pinturas bajo una arquitectura acotada nos advierte de la apropiación intencional del espacio tanto de manera formal como semiótica. La obra que, de forma latente se divide en cuatro instancias, comulga con el cuadrilátero de Nicolasa, provocando la disolución de los límites entre el contenedor y lo contenido.

A nuestra derecha un texto reza: “A veces contemplo detenidamente a la gente que pertenece a mi intimidad – me incluyo-, de momento a otro descubro y entiendo que no me conozco.” Indicio que marca el desarrollo de un recorrido donde se ofrecerán más preguntas que respuestas. La segunda instancia nos enfrenta a una serie de bocetos que hacen de espejo del artista. Hojas arrancadas de un block que registra la continua indagación hoy son encuadradas para demostrar la no-respuesta, el ensayo, la duda, el estudio; para sumergirnos en la ambigüedad y la contradicción del grato desconocimiento. Es aquí cuando la exposición del proceso de una búsqueda personal consagra al bosquejo como técnica.

En la tercera instancia veintiún retratos nos confirman que la reflexión es el discurso. Esta obra compuesta persigue una intensificación de la experiencia, el espectador es interpelado por un cuadrado blanco central que representa la ausencia, el no-ser. Y tal como si uno de los mecanismos de identificación fuese por medio de un método de descarte, se nos presenta la cuarta y última instancia que nos enfrenta nuevamente con las palabras aunque esta vez enmarcadas. Obra que enumera posibles seres que conviven dentro de un artista que, en palabras de Borges, se definiría Mi nombre es alguien y cualquiera. Paso con lentitud, como quien viene de tan lejos que no espera llegar.

El  desvelo de los auténticos mecanismos de búsqueda se dan en paralelo de la búsqueda pictórica. La composición híbrida académica y no-académica de Quieze lo enfrenta a una versatilidad que debe convivir con distintos tiempos, estilos y demandas tanto externas e internas. Una corriente romántica le impide digitalizar sus obras plásticas y, aunque su costado publicista y de ilustrador lo invitan a materializar, las obras exceden la finalidad de la comunicación para dar lugar a la interpelación, al transmitir.

Por eso, una vez entendida la definición como limitación y el cuestionamiento como herramienta, las obras conforman un cuerpo sólido de gran carga icónica. Las instancias se cruzan y se genera un dialogo íntimo. Un diálogo con uno mismo.
Esta muestra nos invita a centrarnos en el cuadrilátero del quién soy, quién debo ser, qué dicen que soy y quién quiero ser.

Para más información:

www.quieze.com.ar
www.facebook.com/SanNicolasSocialyCultural
www.facebook.com/NicolasaSaladeartistas

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