Extramuros

Leonardo Martínez

Les acercamos la reseña del primer documental de Liv Zaretzky sobre la vida del escritor y periodista Miguel Ángel Molfino.

Extramuros cuenta la historia de Miguel Ángel Molfino, escritor y periodista porteño, chaqueño por adopción, que fue secuestrado, encarcelado y torturado por represores en la última dictadura argentina. Mucho tiempo después, ante el tribunal que condenó a los torturadores, declaró: “Si hay un infierno, ésa era la entrada”.

Con una cámara testimonial y precisa, que sabe ver y escuchar, la directora va tejiendo la memoria colectiva de los 70 con los recuerdos y testimonios de Molfino, sus familiares y algunos compañeros de cárcel (entre ellos: Eduardo Anguita). Pero es Miguel Molfino, de 65 años, el protagonista. Porque el film no solo busca documentar las voces de aquel infierno que diezmó y rompió a su familia (el asesinato de su madre en el marco del Plan Cóndor, la desaparición de su hermana Marcela, la cárcel de su hermana Alejandra, el exilio de su hermano…), sino mostrar el sentido que el escritor pudo encontrar ahí para soportarlo (o salir): la literatura.

Si como dice Ricardo Piglia en su ensayo El último lector, el Che Guevara buscó la literatura en su juventud y en ese camino encontró las armas y la guerra, podríamos decir que Molfino, que en su juventud militó en el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) y buscó las armas y la revolución, en ese camino encontró la literatura. Dos caminos opuestos pero unidos por dos palabras: literatura y revolución. “Yo tuve una novia inolvidable que se llamó Revolución, ahora vivo en concubinato con una gran mujer que se llama literatura”, dice Molfino en la revista Sudestada.

En la cárcel, Molfino lee y escribe. Pero todo el material es secuestrado por las requisas. Nada tiene que quedar, hay que borrarlo todo. Secuestrar y desaparecer los cuerpos y la memoria es el plan militar. Y los libros también son cuerpo y memoria. Por eso los ahogan en fuego. Quemar libros y erigir muros es tarea común de los dictadores. En La muralla y los libros, Borges escribió: “Acaso la muralla fue un desafío y Shih Huang Ti pensó: los hombres aman el pasado y contra ese amor nada puedo, ni pueden mis verdugos”. Quizás por eso, los verdugos de Molfino no pudieron abolir su pasado. Con la llegada de la democracia, en 1983, Molfino recupera la libertad y se va a Chaco. Allí, mirando el río, se propone la tarea de recordar cada palabra que escribió en el encierro; una por una (acaso 30 mil). Molfino pasa años tratando de reconstruir esos textos, y es justamente este mito de origen, de Molfino como escritor, lo que cautivó a Liv para viajar desde Buenos Aires a Chaco y conocer personalmente al autor.

El título Extramuros parece tener muchos sentidos; son, a la vez, las murallas de la cárcel y los libros. A través de la literatura y la escritura, Molfino busca (y acaso encuentra) el sentido de su existencia en el presidio. Construye una realidad paralela a las hostiles condiciones del penal. Desaparece porque lee. Y luego aparece porque escribe.

El propósito mágico que lo guía (evitar la muerte), le viene de la infancia, de su padre (el poeta José Adán Molfino Vénere): “Cuando tuve trece años, mi viejo enferma gravemente. No sé por qué cosa fantasiosa o mágica, se me aparece la idea de que si escribía una novela mi viejo no iba a morir. Es decir, mi idea era que mientras escribiera una novela mi viejo se mantendría con vida” (revista Sudestada).

El humor constante de Molfino (negro, como el género en el que escribe) no es sólo una solución psicológica a su tragedia, una manera de enfrentar el horror de su memoria, sino una causa que no abandonó ni en cautiverio: ser feliz (a pesar de todo). “No quiero que me recuerden con tristeza”, dice el escritor, citando las palabras de un preso en la Alemania nazi. Una militancia que busca en la alegría el mayor acto subversivo que se puede cometer contra el capitalismo y sus heraldos negros. Extramuros es un hermoso documental sobre la vida, no la muerte. Y sobre todo, del lugar que ocupa la palabra y la memoria en esa vida.

Extramuros (2017, 70′)
Dirección: Liv Zaretzky
Guión: Liv Zaretzky
Fotografía: Fernando Lorenzale
Montaje: Valeria Racioppi
Música: Paula Ramírez

Hasta el 8 de junio se puede alquilar en: https://www.odeon.com.ar/INCAA/produccion/4003

Compartir en: