Ahí donde la fotografía, el arte experimental y los estudios de género se cruzan

Por mrt*

Aprovechamos nuestra galería virtual para presentar el trabajo de la joven artista platense Carmín Santos a través de sus palabras. Partiendo de la fotografía experimental y sus acercamientos al arte multimedia, nos presenta un nuevo abordaje sobre las tensiones en torno a la sexualidad y la religiosidad.

 

Mi campo de especialización es la producción e investigación artística experimental, ligada al cruce de diferentes saberes y disciplinas. Desde la educación secundaria estudié todo lo referente a los fundamentos visuales, especializándome en artes visuales con orientación experimental. En la universidad continué desarrollando dichos contenidos en relación a las nuevas tecnologías, licenciándome de la carrera de Artes multimediales en la UNA.

A lo largo de mi carrera profesional trabajé en medios de comunicación desarrollando tareas de fotografía, edición de video, diseño web y editorial, gracias a las cuales adquirí experiencia en el manejo de herramientas tecnológicas para imagen y video. Actualmente dicto clases de fotografía en nivel medio y participo en proyectos de investigación y producción en distintas instituciones académicas, indagando sobre la especificidad del arte multimedial y su enseñanza. Además formo parte del equipo de gestión del programa de arte y tecnología Sirveverse de La Paternal Espacio Proyecto, en el cual organizo exposiciones, talleres y laboratorios con el objetivo de reflexionar acerca de la producción artística en la actualidad y su desarrollo dentro de espacios culturales autogestionados. También participo de muestras individuales y colectivas desarrollando obras en cerámica, fotografía intervenida e instalaciones. Desde el 2012 trabajo fuertemente en relación a dos temáticas: la santería popular y las construcciones en torno al género.

Para el antropólogo Alejandro Frigerio, las devociones populares brindan un acercamiento a la creación y apreciación de expresiones artísticas a aquellos que no asisten a galerías ni museos. Al no ser incluidos dentro de las Iglesias hegemónicas, el proceso de santificación también es construido de forma popular y colectiva. Tal es el caso en nuestro país del Gauchito Gil y la Difunta Correa. Sus seguidores les adjudican poderes especiales, generalmente son capaces de realizar milagros, premiar o castigar. Al igual que el santoral católico, el santoral criollo también suele representar a sus personajes mediante imágenes características, elaboradas en un proceso de sincretismo entre los elementos propios de la santería clásica (cruces, guardas, etc.) y los propios del folklore de cada lugar. Esta mixtura de elementos culturales converge en una importante recarga visual, por lo que está ligada fuertemente al kitsch. En Fetiche, mi tesis de graduación de la licenciatura en Artes multimediales, decidí trabajar a partir de esta aglutinación de estilos, abarcando las diferentes formas de expresión artísticas contenidas en los altares, fotografía, 3d, cerámica, y santificando a aquellas personas que habían sido una gran influencia para mi: Violeta Parra, Rainer Werner Fassbinder, Boris Vian y Alejandra Pizarnik, entre otros. De esta manera, conformé un cuerpo de retratos en diferentes soportes dispuestos en forma de santuario, generando una instalación multimedial.

Posteriormente, en el Bachillerato de Bellas Artes – UNLP desarrollé el proyecto Mujeres argentinas, las mujeres en las calles de Puerto Madero, como una prolongación de Fetiche, donde  trabajé específicamente con retratos y obras de mujeres célebres de nuestro país. En este caso tomé como eje central la fotografía para vincularla con otros lenguajes a través de la experimentación. Pienso que dicha elección junto a la unificación temática antes mencionada, me permitieron lograr una mejor articulación entre todas las obras a pesar de los distintos soportes utilizados. La inclusión de texto y el tratamiento general del color también contribuyeron en dicha empresa. El campo de la fotografía me posibilitó además recuperar técnicas antiguas tales como el fotograma, el cianotipo y la goma bicromatada, prácticamente obsoletos en la actualidad y que además datan de la misma época que las mujeres seleccionadas. Este factor fue importante porque me permitió lograr una impronta antigua en las imágenes, que dialogaba mejor con el material de archivo que utilicé como punto de partida. Además, estos procesos fotográficos son artesanales por lo que cada copia obtenida era única y tenía una fuerte impronta de su proceso de producción. Al mismo tiempo, podían ser aplicados en diferentes superficies (papeles de distintos gramajes, telas, azulejos, etc.) con resultados diversos y muchas veces impredecibles, lo que me posibilitó combinar la fotografía con la cerámica para observar el comportamiento de la imagen bi y tridimensional. A su vez, continué trabajando con procedimientos fotográficos industriales, que, a diferencia de los anteriores, permitían obtener múltiples copias. Las impresiones lenticulares o 3d simulaban además la tridimensión en una imagen plana mediante la superposición de capas. Esta situación puede tomarse como un puntapié inicial para pensar la interacción entre el arte y las nuevas tendencias tecnológicas, en donde se hace necesario generar nuevos conocimientos que incluyan los contenidos propios de los medios analógicos y trasciendan también a estas nuevas formas de representación.

En este momento me encuentro investigando producciones artísticas argentinas vinculadas a la disidencia sexual y de género, que promueven la deconstrucción de las prácticas sexuales y de la distribución asimétrica entre géneros, y reflexionan sobre la problemática de la representación de los cuerpos abyectos y la potencialidad de las identidades múltiples, sin determinación.

Para más información:
www.carminsantos.com.ar

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