Simona en Argentina

Por mrt*

Nacida en Rumania, pero llamada Argentina, esta fotógrafa nunca conoció nuestro país. Para esta nota muyricotodo* la hace viajar por el ciberespacio para presentárselas a todos nuestros lectores a través de sus propias palabras.

Internet nos fascina. En nuestra tarea diaria de búsqueda de cosas interesantes para ver, leer y recomendar, encontramos cada vez más gente orgullosa de lo que hace y decidida a mostrar sus trabajos en la web. Así conocimos a la fotógrafa Simona Rota, de segundo nombre Argentina, una linda coincidencia.

Simona nació en 1979 en Rumania, pero a los 20 años decidió mudarse a Barcelona. Estudió Ciencias Políticas y de la Administración y Relaciones Internacionales en Bucarest y Barcelona. Durante sus estudios, publicó artículos de ciencias políticas en revistas de especialidad de Bucarest y París, colaborando con Dilema, un semanario de opinión social y política de Bucarest.

Con el tiempo se estableció en Tenerife, trabajando como Directora del estudio de arquitectura Menis Arquitectos, coordinando, a su vez, exposiciones y talleres de investigación en Tenerife, Las Palmas y Berlín.

No fue sino hasta hace poco que Simona descubrió la fotografía, estudiando la carrera de Fotografía Profesional, digital y químico en la Escuela de Fotografía y Técnico de Imagen (EFTI), completando su formación como discípula del fotógrafo Miguel Oriola.

Actualmente Simona reside en Madrid y expone sus fotografías en diferentes galerías y eventos alrededor del mundo. En muyricotodo* le peguntamos por sus comienzos, sus influencias y sus proyectos, y entre idas y vueltas de mails descubrimos que cada vez nos interesaba más lo que Simona tenía para contar.

Comienzos

Empecé hace poco, aunque siempre tuve a mano alguna cámara de fotografiar, la de mi padre por ejemplo, aficionado a la fotografía. Pero la cámara en sí no me ha apasionado nunca. No le hice caso ni antes y tampoco le hago mucho caso ahora. Me parece una herramienta con infinitas limitaciones y algunas pocas libertades. Siempre que ando fotografiando y tengo la cámara encima me parece que soy alguien absurdo, que me parezco a ese personaje de Twin Peaks, la mujer que lleva un tronco en los brazos y que no parece tener más funciones en la historia que la de deambular a través de las escenas sin renunciar nunca a su tronco. Creo que la cámara tiene una gran limitación, aquella de registrar sólo las cosas que tiene delante, eso sí, con gran fidelidad. Sin embargo, precisamente por esta limitación de la cámara, la fotografía es algo tan incomprensible y seductor. Algo que te atrapa la mente en un juego paradojal de la realidad, la verdad y la apariencia. Es este juego lo que me atrae y en este sentido creo que la fotografía me interesa desde hace mucho tiempo.

Una vez, de pequeña, estaba mirando una revista y en una página salía un niño desnudo, de frente. En seguida quise verle también el trasero, así que pasé la página segura que del otro lado de la página estaría el trasero a la vista. Claro que no lo estaba. No comprendía nada. Me quedé apabullada, no podía dejar de pasar la página adelante y atrás para comprobar que no se trataba de un error.

Por circustancias varias empecé a aprender el oficio de la fotografía tarde, en el 2009, cuando decidí matricularme en una escuela en Madrid y comprarme un cámara profesional. A partir de allí empecé tambien a guardar las fotografías, porque antes las desechaba casi todas.

El trabajo

En mis trabajos hasta ahora predomina lo que suele llamarse la fotografía descriptiva, o el estilo documental, según lo llamó Walker Evans, es ésto lo que me interesa en este momento. Todavía estoy al principio de mi aprendizaje, no descarto probar otras cosas más tarde aunque sea sólo para volver a lo del principio. Por ejemplo, mi serie Big Exit es de fotografía escenificada, falsamente documental y aunque pueda parecer alejada del resto de mis trabajos, en el fondo es lo mismo: el espacio, la relación con sus límites, la búsqueda del horizonte. Además se trata de una representación realista ya que todo lo que ocurre en la imagen es o puede ser real.

Mi trabajo más sustancial hasta ahora proviene de un encargo del Centro de Arquitectura de Viena para colaborar dentro de un equipo multidisciplinar, cuya misión es documentar la arquitectura soviética entre los años ’60 y ’80 en las républicas de la antigua Unión Soviética. He empezado en 2010 y voy a acabar este año. Mis fotografías serán parte de un archivo de acceso público que reúne también planos, dibujos, entrevistas, documentos históricos, maquetas y fotografías antiguas. Una selección de ese archivo será objeto de una exposición itinerante que arrancará en otoño en Viena. Mi serie Ostalgia es una serie que se ha ido conformando en paralelo y durante ese encargo.

Influencias

La mayoría de mis influencias no proviene de la fotografía directamente, sino de la sociología, la literatura, la música, la arquitectura, las noticias, del día a día… Por ejemplo, para la serie Big Exit hubo 4 detonantes: un dibujo del arquitecto Bernard Rudofsky, el álbum Stories from the City, Stories from the Sea de PJ Harvey, una postal que me envió un amigo desde Helsinki y una obra de Klee, un retrato hecho con unos poco trazos pero conjugados de manera muy convincente. La serie Instant Village es debido a que estaba leyendo 2 libros: Urbanalización, escrito por el geográfo Francesc Muñoz y El acto de ver, un libro con textos de Wim Wenders, el director de cine; estos dos libros me hicieron pensar en muchas cosas ligadas al uso del territorio y de la ciudad.

En la fotografía, sin embargo, la influencia más constante proviene de los Nuevos Topográficos y de los fotógrafos de la Misión D.A.T.A.R. Me impactó ver una exposición de los Becher en Düsseldorf y uno de mis fotolibros de cabecera es Uncommon Places de Stephen Shore. Pero por otro lado, también lo es un libro de las Polaroids domésticas de Tarkovsky. Me intriga la eficacia de Jüergen Teller en crear imágenes tan rendondas con tan pocos elementos y admiro la capacidad de Nadav Kander de guardar coherencia a través de series de retrato, documentalismo o reportaje comercial. La infuencia de Miguel Oriola es enorme y sin embargo mis fotografías no tienen nada que ver con las suyas, pero de él precisamente he aprendido a elegir –como dice él- a mi “familia”, es decir, de todo lo que hay, elegir a aquellos fotógrafos con los que tengo afinidad y que me pueden ayudar a entender mis tendencias naturales para disciplinarlas.

Gustos

El listado de cosas que me gustan es infinito, pero empieza por la comida rica y por Angel, mi chico, en medio andan la fotografía, mis amigos y la música, hacia el final es el dormir. Me gustaría llamarme Blue. También me gustaría poder cambiar el color de la piel cuando me apetezca y tener una cola larga y expresiva como la de un felino. El listado de cosas que no me gustan es muy corto, aún así es mejor ni pensar en ello.

Exposiciones pasadas, actuales y futuras

Ahora mismo y hasta el 25 de febrero estoy exponiendo en Barcelona, en la galería Valid Foto junto a dos autores más, y probablemente en verano exponga en la misma ciudad, en The Private Space.  He expuesto en la Bienal Fotonoviembre 11 (2011, Tenerife), en la Bienal Ibero Americana de Arquitectura y Urbanismo (2010, Medellín), en la Fundación María José Jove (2010, A Coruña) y en el Museo de Arquitectura de Viena (2009), siempre en colectivas.

Para más información:

www.simonarota.es
www.simonarota.blogspot.com


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