La ley. Reflexiones alrededor de Las Encadenadas, de Juan Mako

Por Sofía Castaño

Volvemos al ruedo lentamente, y para celebrar, Sofía Castaño nos presenta sus reflexiones en torno a Las Encadenadas, de Juan Mako, en el Abasto Social Club.

El contexto es este: hace más de 30 años un pueblo fue sepultado por el agua y todos sus habitantes debieron evacuarlo. Se perdieron negocios, proyectos, hogares. Quienes eran niños en ese entonces guardan recuerdos difusos pero el claro resentimiento contra los responsables que podrían haber evitado la destrucción del pueblo. Como en Tiburón: los especialistas dicen que hay que hacer algo y las autoridades dicen que no pasa nada.

Después de la llegada del agua, hubo escasas indemnizaciones, pero nada de juicios ni culpables.

La pregunta que indirectamente nos hace Las Encadenadas es: ¿qué pasa si alguien (por impulso, por error, o por las dos cosas) de golpe comete un delito contra uno de los responsables? Incluso: ¿qué hacés si te enterás de ese delito?

El espectador puede responder desde la seguridad de la platea, pero los protagonistas deben hacerlo en un lugar aislado, de noche y en medio de una tormenta.

Quien aboga por la ley es el personaje débil, el que es un poco ridículo y necesita ser defendido. La ley, también, aparece igual de ridícula, impotente para defender a nadie, ni al pueblo en su momento, ni a la nueva víctima. Pero si la ley parece inútil ante el delito irreparable, también lo es la venganza. Por qué, me pregunto ahora, el personaje legalista resulta mucho más ridículo que el personaje vengador, si ambos son inútiles y ambos son causa de más problemas para otros. Puede que sea porque la venganza se parece más a nuestro sentido de justicia que la ley (lo cual es preocupante) o porque la venganza es algo real, mientras que confiar en la ley es como creer en Papá Noel (y eso es todavía más preocupante).

No quiero asustarlos: Las Encadenadas no es una disertación sobre la justicia sino una comedia con enredos, malentendidos y hasta un cartel que dice “No se muera, no hay cementerio”. De hecho, no hubiera pensado nada de lo que digo en estas líneas de no ser por el momento en que termina la obra: si esto fuera una comedia policial, ese es el momento en que la historia recién empieza, donde los protagonistas nos muestran cómo resuelven el problema, evaden (o no) a la policía, se salen con la suya o se hunden más. Pero lo que deja el final es una mujer atrapada en acciones y deseos ajenos que no puede controlar. Como si fuera absurdo creen en la justicia, la venganza, la ley o incluso que algún día va a dejar de llover.

Las encadenadas
Viernes 9, 16 y 23 de noviembre, 21 hs en Abasto Social Club, Yatay 666, CABA
Entradas: 250
Autor y director: Juan Mako
Elenco: Cecile Caillon, Claudio Depirro, Mónica Driollet, Diego Torben

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