Enamorarse bajo las estrellas nunca será cliché

Por Vicky Caracoche

Un poco de mística, romanticismo y jardines hermosos en “Magia a la luz de la luna”, la última película de Woody Allen.

Una vez más, Woody Allen crea un romance visual con la ciudad que elige como núcleo de sus historias. Los personajes, sus fantasías, deseos y conflictos son el núcleo de éstas, pero el lugar donde suceden es una excusa imprescindible para entender el contexto.

Este idilio mágico tuvo su primer aparición en Manhattan (a la que volvió muchas veces), siguió en El Cairo y Barcelona y se instaló en estos últimos tres años en París y Roma. En esta ocasión, qué mejor lugar que la Costa Azul francesa para situarnos en la chispeante historia que surge entre los personajes de Colin Firth y Emma Stone, justo en la década del veinte, puro brillo y glamour (en las clases altas, of course).

Firth encarna a un ilusionista exitoso que se enorgullece de su terco raciocinio, un petulante bastante amargo. Un amigo lo invita a desenmascarar a una bella joven cuyo supuesto virtuosismo encandiló a una familia de mucho dinero. A medida que se vayan conociendo logrará movilizar todas sus creencias y su modo aburrido de encarar la vida.

De esto habla “Magia a la luz de la luna”. De las ópticas que elegimos para ver la vida, de los parámetros de verdad, ciencia y mística que rodean los misterios humanos. Hay una metafísica solapada dentro de los diálogos por momentos absurdos, pero siempre verosímiles. Y dentro de estas profundidades, hay lugar para el amor y el desamor, siempre en tono de comedia romántica. De la mano de estas hondas cuestiones hay varios recreos. Hay paseos en auto por la costa, jardines inmensos y encantadores, acentuados por la luz naturalista de Darius Khondji. Los escenarios son perfectos. Las telas, los objetos, la moda y los paisajes, se encienden aún más al ritmo del jazz y el dixieland.

Todo es propicio para el encuentro. Este mago presuntuoso atraviesa un mar de dudas llevado de las narices por Sophie, joven y encantadora como ninguna. Alrededor de ellos, personajes simpáticos y curiosos completan el cuadro: el enamorado que canta cancioncitas con el ukelele, la tía aristócrata y consejera, el amigo que oficia de mediador y más gente, vida social y fiestas. Así funciona este entorno suntuoso.

Hay una búsqueda interior dentro de esta superficialidad extrema. Hay una necesidad espiritual, un planteo de convicciones constante. Hay romanticismo y olor a verano y flores.
La combinación exacta para entregarse bajo las estrellas a las dulzuras del amor.

Ficha técnica de la película:
Película: “Magia a la luz de la luna” (Magic in the Moonlight)
Año: 2014
Origen: Estados Unidos
Duración: 97 minutos
Guión y Dirección: Woody Allen
Elenco: Colin Firth, Emma Stone, Eileen Atkins, Marcia Gay Harden, Hamish Linklater, Ute Lemper
Fotografía: Darius Khondji
Montaje: Alisa Lepselter

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